Supervisiones individuales, a profesionales dedicadxs a la atención clínica
En nuestra práctica profesional, es muy común que tengamos un espacio donde podamos compartir y aprender qué hacer con un/a paciente.
La Universidad nos da una licencia profesional para abordar los trastornos en salud mental, ¿pero nos habilita para la atención? Personalmente creo que no.
Además la atención en consultorio es una práctica en soledad. Compartir los temores, las preguntas, las escenas temidas, es un espacio apto para el fortalecimiento de las competencias profesionales.
Las supervisiones nos permiten repensar lo que hacemos, cómo lo hacemos, y de qué manera mejorarlo.
Todxs nos preguntamos si habría otra forma de abordar un tema, y tener un lugar donde pensarlo; impulsa nuevas preguntas; motiva a buscar bibliografía y por qué no, a inventar y recrear nuevas formas.
¿o acaso así no es una forma de producir una nueva práctica y cultura laboral?
El día y horario lo conversamos directamente de acuerdo a la disponibilidad.